Tu Rostro Mañana. Veneno y sombra y adiós.
En una esquina del tiempo, en una navidad roja y blanca, en un tiempo de nieve porque la nieve dibuja huellas de besos en la memoria, te tuve en brazos. Te tuve en brazos algunos días más: una noche en un hospital vacío cuando tu frente era un lingote caliente. Muchas veces busco sombras por bares abiertos y cerrados, por calles de noche y de día, por estaciones sin frío busco susurros que me cuenten algo de quien tú ya sabes. Y muchas veces te veo, de cerca o de lejos, tú que ya cierras bares y hueles a tabaco. Tú que me traes los susurros que me cuentan algo de quien tú sabes.
Gracias por la dedicatoria.
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