Canción de invierno y de verano
Cuando es invierno en el mar del Norte
es verano en Valparaíso.
Los barcos hacen sonar sus sirenas al entrar en el puerto
de Bremen con jirones de niebla y de hielo en sus
cabos,
mientras los balandros soleados arrastran por la superficie
del Pacífico Sur bellas bañistas.
Eso sucede en el mismo tiempo,
pero jamás en el mismo día.
Porque cuando es de día en el mar del Norte
- brumas y sombras absorbiendo restos
de sucia luz -
es de noche en Valparaíso
- rutilantes estrellas lanzando agudos dardos
a las olas dormidas.
Cómo dudar que nos quisimos,
que me seguía tu pensamiento
y mi voz te buscaba - detrás,
muy cerca, iba mi boca.
Nos quisimos, es cierto, yo sé cuanto:
primaveras, veranos, soles, lunas.
Pero jamás en el mismo día.
Ángel González
es verano en Valparaíso.
Los barcos hacen sonar sus sirenas al entrar en el puerto
de Bremen con jirones de niebla y de hielo en sus
cabos,
mientras los balandros soleados arrastran por la superficie
del Pacífico Sur bellas bañistas.
Eso sucede en el mismo tiempo,
pero jamás en el mismo día.
Porque cuando es de día en el mar del Norte
- brumas y sombras absorbiendo restos
de sucia luz -
es de noche en Valparaíso
- rutilantes estrellas lanzando agudos dardos
a las olas dormidas.
Cómo dudar que nos quisimos,
que me seguía tu pensamiento
y mi voz te buscaba - detrás,
muy cerca, iba mi boca.
Nos quisimos, es cierto, yo sé cuanto:
primaveras, veranos, soles, lunas.
Pero jamás en el mismo día.
Ángel González
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