31 diciembre, 2010

V.S. 1996

En el recuerdo de estos días aparece un mapa de escarcha, un alijo de vino de 1996, como un juego de ruleta rusa a morir o beber. También los metales de la noche, los tragos de alcohol, la ciudad con una luz de luna embadurnando nuestra espalda, descendiendo a los últimos garitos de diciembre. La ginebra va cerrando dolores y nostalgia, nos sube a un mundo sin rencores, soplamos las pompas de jabón de este país libre al que te factura el alcohol, donde apenas hay sombras, ni ruido, un buceo oscuro. Un amigo que agarra mi brazo a la siguiente trinchera. Motos que naufragan en mitad de las aceras. No hay lugar para el amanecer en este reino de tacones de aguja. En el litoral gris de la mañana aparece el continental, como un continente con Jaime y unos abrazos en medio de la plaza mayor con sus luces de leds. En un bolso nuevos libros, en mi cabeza soluciones para un perro que adoro, para tu mirada triste y wayfarer, para sentir a mi padre en este diciembre sin hojas en las calles, viviendo todo lo que podemos, esperando las verónicas templadas de abril, algunos besos que ya siempre nos faltan. Bebiéndome tu vino. Viviendo por ti. Cantando ese estribillo con Paloma.


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