07 agosto, 2011

Olvidos

Morante de la Puebla, en Santander, coloca el cuerpo de rosa y azabache, en unos lances a todo mar. A todo rosa bajo un ruedo de petróleo. Los lances como aquel tercer lance en el abril Sevillano que yo vi tan directamente. Yo coloco el cuerpo en Lena, para pasear al relance por ese triángulo bermudiano que se dibuja entre Arzobispo Blanco, La Palmera y los cañones rubios de La Chencha. Coloco el cuerpo en carrera subiendo por las cuestas de brea tan negra que suben al Ceo. Henry como una nevada negra, coloca su cuerpo hacia arriba, hacia el mito insuperable de Camarón y su mirada nublada y nostálgica; y los rizos de Nora se entremezclan con la negrura de H. como un fogonazo de luz. Coloco también vuestros cuerpos en la fotografía, sentados, de espaldas al mar, tus pies colgando, con Juan tan joven, tan rubio y tan azul. Lo enmarco en una cuadrícula como una cárcel insalvable del recuerdo y también del amor. Me olvidé incompresiblemente de tus fechas y estos lances son para que los veas. Y estas palabras para ti.


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