18 marzo, 2011

Tu mirada nublada

Puedes dudar de qué vale encalar la casa. Dar blancura a las paredes. Dar vida a los armarios. Habitarnos de nuevo y querer a un perro. Perder. Como una música lastimosa escucho el ruido de Camarón sobre las vetas de la madera. Es como si el amor se fuera por los desagües más absurdos. Luego miro las fotografías y veo como el amor regresa de los desagües y de los vagones subterráneos para ser vida en la pared. Luego tú cumples años. Todos estamos juntos. El perro respira y despierta todavía con el resplandor de los amaneceres. Y alguna vez aunque sea en el jodido cielo de los perros se acordará de quienes le hicieron flamenco. De lo absurdo de vivir con la mirada nublada.


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