06 enero, 2007

Días de Suerte

Lo bueno es que te coja un toro y no te hiera, que te lleve de pitón a pitón como un pelele pero sin reventarte. Me besa la música en mitad de la boca. Perdí la cara del toro y una voltereta seca y a plomo ha dejado mi cabeza sonada. Fui con el hombre tranquilo a bautizar un mini restaurado de los sesenta. Fui con el hombre tranquilo como es costumbre ya, hasta la barra de un bar sin ventanales: un pasillo hermético y encerado de carros cargados, un cafe que escalda el paladar y jolgorio, gente con prisa y chicas patinando. Tomo nota que decía Juncal, del coraje del hombre tranquilo, del eco de sus carcajadas y de su mirada limpia. Busco sosiego estos días para mi cartera y mi cuello; y regalo una foto del principio, de cuando era becerrista: una mirada larga hacia la vida y hacia tí, que llega enmarcada hasta hoy, hasta el próximo abrazo contigo.


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