Asalto
Corre por los sentidos la biblioteca de Sánchez Bolín, mezclada con la mía propia como dos gotas de sangre, una biblioteca musical larga, brillante, engominada con clásicos, perfumada con el aroma español de la copla. Corre por el pasillo Camarón de la Isla, un becerro zaíno, bragao, meano y calcetero, que antes de dirigir sus esfínteres ya ha aprendido a embestir, se enfrontila engallao al final del pasillo, al galope se arranca bravo a los vuelos perfumados de una toalla blanca, toma tres, cuatro naturales por abajo y el de pecho. Con emoción. Con la misma emoción de sangre brava con que vivo estos días, sintiendo entre mis dedos los últimos granos de las deudas de aquel reloj de arena, disfrutando del brillo del plasma que hoy, a esta hora, dibuja el rostro de Manolete, su sonrisa suspendida en la tristeza, su cuerpo espigado y desnutrido, rosa palo bordado con formas de mariposa, sus muñecas ágiles, templando toretes desnutridos, fieros como este león zaíno, que irrumpe y asalta nuestra historia de caricias, de libros, de fogones sabrosos, de líos, de amigos compartidos, de blogs, que son ya un patrimonio.
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