Madrid príncipe destronado
Madrid ebrio de vulgaridad. Destronado por la mediocridad. Parece como si el público fuera expresión acorde a la cartelería. Hay un mes de abril robado hoy en el toreo. El mes de abril era el conocimiento, la seriedad, la medida. Una feria rematada. La exigencia, la regla. La voz de trueno de El Ronquillo. Madrid debe ser la cátedra, la academia que dicte el lenguaje escrito de los naturales. La historia del toreo esta dormida en el granito de Las Ventas y un público festivalero emboza Madrid. Ya no es que Capea sea la expresión del destoreo, ni que su muleta tenga un pico de oro, ya no es que este torero sea vulgar y aporte una dosis de incapacidad estilística y técnica para crear por ejemplo hoy por redondos. Ya no es su carencia de torería: ese cuello que gira y se dobla en cada suerte, esa cintura artrítica. Capea torea feo y vuelve a Madrid, entiende el toreo como un ataque del toro y torea defendiéndose. Hay banderilleros antiguos que dicen: "este en mi época, no se vestía...". Decía Joaquín Vidal que la torería no es una técnica, aunque en ella se apoye. Es una actitud. Yo creo que más que actitud es una gracia inspirada. Un donaire. Lo trascendente de hoy es que la plaza estaba cuajada de pañuelos tras la faena fea e incapaz de Capea. Lo importante es que San Isidro era la alfombra roja de la boda. La ilusión, el campo de batalla y sangre, la fiesta vestida de luces. Ojalá un alma buena nos devuelva ese mes de abril cantado por Sabina, huérfano hoy en Madrid, ojalá vuelva el run, run sabio Las Ventas y el estoque de luna de su afición. Qué se eche la afición a la calle de Alcalá. Qué manden los aficionados viejos. Qué grite el 7. Qué vuelva la cordura. Menos mal que remato la noche con Manolo Vázquez vestido de verde esperanza y oro, cincuentón, canoso y enjuto, templadísimo, Sevillano y torero: muleta mínima, planchada y poética. Vendría bien hoy la muleta y la voz de Manolo Vázquez, que al unísono a comienzo de los cincuenta y en los ochenta, ambas, muleta y voz hablaron claro: “el toreo está de perfil y yo vengo a ponerlo de frente”.
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