Esplá

Esplá cumple treinta años de alternativa a ritmo de jazz. Esplá es enjuto, antiguo, polifacético y diferente. Torero intelectual. Torero de hoy: fogonazo en blanco y negro de las fotografías pobres de los toreros de otro tiempo. Diferente. La diferencia reside en lo estético. En los vestidos con el aire jovial y barroco de principios de siglo pasado, las hombreras lamidas por el oro derretido, caídas, los bordados de Frascuelo, los golpes en la chaquetilla de Ricardo Torres “Bombita”, de Machaquito o de Joselito “El Gallo”. La diferencia fuera de la plaza también. Y dentro. La diferencia reside en lo profundo: en el andar por la plaza, en el cuidado sumo de la lidia, como liturgia sagrada del detalle. Esplá torero viejo que conoce el toro fiero y sus dominios –que son los terrenos, las distancias, las reacciones, las miradas- como la misma palma de su mano. El banderillear al paso, montera calada al ritmo de Paco Honrrubia, de MANOLO MONTOLIU o de cualquiera de los Bienvenida.

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