06 marzo, 2006

Cine Americano

El sábado de madrugada Christopher Moltisanti flirteaba con el cine y se tiraba en el mismo capítulo, a una pelirroja con la piel hecha en el cielo. El episodio número veinte: D-Girl, acabó con Pussy Bonpensiero llorando solo en un baño y con el propio Christopher volviendo a la realidad del regazo de Tony Soprano. El telón de este episodio nos sobrevino en pijama, con el cierzo que sopla en casa y con un aria vibrante que engrandece el cine de cante grande.
El domingo seguimos las migas que suelta Carlos Boyero. Crash, punto y aparte infinito, entre el cine que hacemos y el que hacen cruzando el Atlántico. Crash, es la sensación de contacto con américa. En cualquier ciudad por donde camines, pasas muy cerca de la gente y esta tropieza contigo. Cuando te mueves a la velocidad de la vida, acabas por chocar con los demás. En la zona gris entre el blanco y el negro, donde todo el mundo es víctima y agresor.

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