25 mayo, 2006

Esperando a Talavante

No se si es posible mutar el modo de tocar a los toros, la manera de andar hacia atrás con el capote, la forma de llevarse la muleta a la cadera antes de inicar el cite, la colocación del cuerpo, el giro imperceptible de las zapatillas para ligar por naturales, la verticalidad, las cercanías. Talavante es de la escula de Antonio Corbacho -viejo amigo- y es un calco en las formas de José Tomás. Hasta el vestido lila y oro de ayer. Llegó al patio de cuadrillas cinco minutos antes de las siete, ni se inmutó.
Nunca me gustaron las imitaciones, pero es que ayer Talavante lo hizo perfecto. Quizá lo lleve dentro, quizá el toro desnude la farsa. De momento ayer apareció un novillero distinto sin el marchamo a cadena de montaje con que marca la escuela taurina. Por cierto gran novillada de El Ventorrillo. Como dicen los taurinos para ponerla el culo.

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