Curro por Ilusiones
Con sesenta y seis años, si me embestía
un toro me iba hasta los medios pegándole
lances, como si fuera un novillero. Luego,
en frío, me daba miedo de mí mismo, y me
preguntaba ¿pero adónde te has ido, Curro?
Y es que me iba detrás de mi sentimiento.
un toro me iba hasta los medios pegándole
lances, como si fuera un novillero. Luego,
en frío, me daba miedo de mí mismo, y me
preguntaba ¿pero adónde te has ido, Curro?
Y es que me iba detrás de mi sentimiento.
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