04 enero, 2009

Larga sentimental


También mi infancia es un patio de Sevilla y un tendido de Madrid lleno de japoneses. Internet es una caja de pandora donde darse de bruces con la memoria. En esta fotografía late la ilusión de mi padre y su corazón. Y el mío. Su lealtad de campeador. Ese día el vestido grosella y oro fue Purísima y Oro. El toreo clásico también en esta largacambida sentimental de Madrid, los frentes al toro, la figura erguida, la mirada clavada en el sueño de la gloria no parpadea. Los toques, la figura, el cambio de viaje postrero y el toro toreado y levemente templado bebiendo los vuelos del capote. Un torero profundo y hondo y clásico y  grande como en la memoria. Cómo tu me contabas.

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