Este cielo
Este es el cielo más limpio. Azulísimo. A este blog como a los cielos así de azueles no llegan los desagravios, no tiene eco la voz de ninguna traición, ni dibujo las cicatrices. Miro a este cielo tan azul, y no me canso, corriendo entre la maleza del frío, pronando las aceras; me sano, pienso en ti, y deseo que estés bien. Que sea hoy para ti este cielo. Luego anochece y la falta de luz y de azul, ilumina la vida: suenan los móviles, se oscurece el parque del que ya somos exilio, se hace más negro el lomo de Camarón. Aparece la familia como una ciudad y sus calles y su bullicio. Paloma vive enganchada a la noche y al Redbull. Mi madre es joven. El resto busca sueños de ida y vuelta a Madrid, tejiendo células con más células, para que al fin dibujen una sonrisa como esta de Nora al teléfono. Nora que ya pronuncia nuestro nombre, identifica quienes somos, nos pone nombre por primera vez. Nos hace nuevos. Nos coloca de nuevo en el mundo. Suena un piano, un sonido padrísimo. Miro ahora ese mismo cielo azul dormido. Abro un libro, repaso la verónica mexicana de Morante de la Puebla, huele a café, abro mis drogas de invierno, mis videos de abril, mi manera de aguantar sin toros. Camarón te espera. Y yo también.